Uniendo patrones y empleados para el éxito mutuo
La relación entre patrones y empleados es la esencia de cualquier organización. No obstante, ¿qué sucede cuando esta conexión, en lugar de ser armónica, se convierte en un ciclo de malentendidos y quejas? Esta realidad, lejos de ser un incidente aislado, impacta directamente en la productividad laboral y el clima de la empresa. En OWA Consultoría, comprendemos esta complejidad y nos dedicamos a construir puentes de comunicación efectiva y entendimiento recíproco.
La semilla de la reflexión
Un viaje personal hacia la empatía laboral
Mi trayectoria en el mundo empresarial, que se extiende por más de una década, me ha brindado una perspectiva sobre las dinámicas laborales. Recuerdo vívidamente el año 2017, cuando mis trayectos diarios en el transporte público, durante las horas pico, se transformaron en un observatorio de conversaciones. Entre el bullicio, me convertí en un oyente silencioso de incontables quejas: el compañero inactivo, el jefe percibido como incompetente, etc. Lo que al inicio eran anécdotas aisladas, pronto se convirtió en un patrón constante, una sinfonía de descontento que resonaba en cada viaje.
En ese entonces, ya había fundado varias empresas, gestionado contrataciones, finiquitos o liquidaciones, negociaciones sindicales, gestionado recursos humanos, cálculos de nóminas y cálculos y pagos de seguridad social. Había experimentado la realidad desde ambos lados: como patrón y como empleado. Esta dualidad me impedía sacar conclusiones precipitadas. Las voces de los “quejosos” eran convincentes, sí, pero sabía que solo escuchaba una parte de la historia. Ocho años después, la persistencia de estas quejas y desacuerdos subraya la urgencia de abordar este «puente invisible» que, con frecuencia, divide a las partes.
Desentrañando la realidad
Lo que implica ser patrón
Hoy, al asesorar a nuevos emprendedores, he notado una verdad fundamental: muchos desconocen las verdaderas implicaciones de ser patrón. Es notablemente más sencillo comprender el rol del empleado. ¿Por qué esta convicción? Al guiar a las personas en la apertura de sus empresas y, crucialmente, en el proceso de registro patronal, percibo una falta de conocimiento sobre las obligaciones inherentes.
Un ejemplo claro es el Seguro Social (IMSS). Pocos saben que el patrón aporta aproximadamente un 25.5% adicional al salario del empleado para garantizar su seguridad social. Esta cifra, a menudo ignorada, es solo una fracción de las responsabilidades. Existe un desconocimiento generalizado de los derechos y obligaciones de un patrón e, incluso, me atrevo a decir que a veces los propios empleados ignoran sus responsabilidades.
Esta laguna de información conduce a que el empleado no siempre considere al patrón, ni los riesgos financieros de no generar ingresos para cubrir salarios, gastos y, en su momento, finiquitos o liquidaciones. Paradójicamente, todas las empresas buscando optimizar recursos, pero en caso de omitir estas obligaciones, comprometen la estabilidad y la relación laboral desde sus cimientos.
Un mismo propósito, dos perspectivas diferentes
En esencia, tanto el patrón como el empleado persiguen objetivos similares: satisfacer sus necesidades. El empleador busca cubrir una vacante para atender las demandas del cliente, generando así ingresos para sí mismo y su familia. Paralelamente, el empleado busca generar ingresos para sustentar sus necesidades personales y las de su hogar.
Inicialmente, la relación puede ser cordial, un acuerdo tácito de colaboración. Sin embargo, la ruptura se gesta cuando una de las partes no cumple con lo acordado o las expectativas. Es en ese punto donde emergen las quejas, los desacuerdos y los problemas que escuché en el transporte público, erigiéndose como barreras invisibles.
La solución
Confianza, conciencia y capacitación empresarial
Para resolver esta problemática, es imperativo que tanto patrones como empleados sean plenamente conscientes de sus derechos y obligaciones. Sin embargo, más allá del marco legal, la clave reside en alimentar la confianza.
¿Cómo lograrlo? A través de la capacitación. No es solo una obligación del patrón y un derecho del empleado, sino una herramienta poderosa para el desarrollo de la comunicación efectiva. En la era actual, la falta de empatía, la dificultad para expresar ideas complejas y la incapacidad de sintonizar con la perspectiva del otro son palpables. La capacitación en habilidades blandas —como la toma de decisiones, la inteligencia emocional y la resolución de conflictos— se vuelve esencial. Estas habilidades, a menudo aprendidas en la «vida real» a través de la experiencia, pueden ser fortalecidas de manera estructurada.
Mi experiencia como socio, patrón, director, gerente, empleado y compañero me ha mostrado que cada rol conlleva sus propios desafíos. Y en cada uno de ellos, las habilidades blandas son el antídoto. Hay mucho más que explorar en este campo.
La conclusión
Más allá de la oficina, un reflejo de la vida
La relación laboral es, en su esencia, tan compleja y enriquecedora como un matrimonio. Resulta interesante cómo una persona puede dirigir una empresa con miles de empleados, pero a veces, carecer de la habilidad para dirigir en su propio hogar. Esta es otra faceta de la vida y el liderazgo que me gustaría explorar a fondo. Sin embargo, la verdad innegable es que, al final del día, tanto el patrón como el empleado comparten una misma necesidad fundamental: generar ingresos para sí mismos y para sus familias. Reconocer este propósito común es el primer paso para construir puentes de entendimiento y colaboración duraderos.